Siempre es bueno el reencuentro con los antiguos compañeros (iba a escribir viejos compañeros, pero alguno se podría sentir aludido…) y las periódicas reuniones en Paracuellos me ofrecen esa pequeña excusa para salir de la rutina y buscar la práctica sincera.
Encuentro gratificador que muchos hayan avanzado en su entendimiento buscando el desarrollo tanto personal como técnico. Espero haberme hecho acreedor de esa misma sensación con respecto a mí, ya que supondría que todos avanzamos en una misma dirección.
Como dije en la pequeña charla que mantuvimos los aspirantes a Instructores y Maestros (naturalmente hablo de títulos, porque la connotación de los términos, sobre todo el de Maestro, conlleva otras virtudes, que al menos en mi caso, ni de lejos alcanzo) «la sensación en la práctica debe ser agradable, debemos sentir como la energía fluye y no debemos obstaculizarla».
Con esto no quiero entrar en conceptos un tanto esotéricos que no conozco, Star Wars y todo eso ya me entendéis, pero pienso que al menos aproximativamente y dependiendo de la experiencia de cada uno, podéis entender lo que quiero decir cuando hablo en términos como «la energía ha fluído»: sencillamente, nos hemos encontrado muy a gusto durante la práctica.
Por último aunque, como se suele decir, no menos importante agradecer sinceramente a Ricardo la aplicación intachable del trabajo de bokken en la mano vacía, enriqueciendo nuestra perspectiva de trabajo. Y por supuesto ¡como no! felicitar efusivamente a los flamantes poseedores del título de maestro: Marco y Jose y a la novel instructora Marisa y, sobre todo, a mi compañero durante un par de años Santi, el cual por su perseverancia e interés en el aikido ha conseguido un merecido shodan.
Sé que los títulos quedan en manos de buena y preparada gente para transmitir su visión del aikido.
Sólo me queda por decir: ¡¡¡GAMBATTE KUDOSAI!!! O como diría un castizo: ¡¡¡Échadle ganas!!!