Por fín, después de muchas décadas de sosería, el aikido abre sus puertas a un mundo de color y alegría. ¿Por qué sólo los cintos deben tener color? ¿Por qué no las «jakamas» también? ¿No estáis aburridos de ese color blanco del keikogi? Siempre con la pureza a cuestas ¡qué aburrido!, ¿a quién no le apetece ser un poco diablillo? ¿Acaso no nos enseñan que todo ying debe tener su yang para explicarse?

Ea, aquí tenéis algunos modelitos que – ¡gracias Diego! – han llegado a estos ojitos que han de comerse los gusanos.

Hakama temporada primavera - verano