Al mostrar como realizar cualquier técnica parece no existir nada más allá que su propia realización. Sin embargo cuando, en soledad, pienso en ello, sé que existe algo diferente. Algo más allá de la simple ejecución correcta: la belleza de las cosas desconocidas que el practicante intuye y se esfuerza por encontrar. Un hecho subjetivo mucho más hermoso que la propia técnica en sí y, sin embargo, inalcanzable si no es por medio de la mecánica repetición de aquella. Fundamentos entremezclados en delicada armonía donde la falta de uno arruinará el todo. Ser enlace entre la intuición y el conocimiento; Vehículo entre el deseo de descubrir y el propio descubrimiento. Esa debería ser, en mi opnión, la verdadera naturaleza del que enseña.