CaminoUn día, al echar la vista atrás, fui consciente por primera vez de los logros que he alcanzado. ¡Logros! ¡Por fin! Después de seis años de esfuerzo, dedicación, cansancio, pereza y dolores, ya empezaba a estar harta de no ver ninguna mejora sustancial.

Me tiro un buen rato repasando mis avances en la técnica y el entendimiento del aikido, pero una vez pasado ese estado inicial de euforia, y cansada ya de dar saltitos de alegría por todo el salón, empiezo a pensar en el futuro.

Y me doy cuenta de que si bien he recorrido ya un largo camino, el que me queda aún por recorrer hasta alcanzar el Conocimiento es mucho mayor. Me entran las dudas: Si después de dedicarle tanto tiempo he avanzado tan poco, ¿merece realmente la pena? ¿Y si estoy perdiendo el tiempo? Quizás ya he alcanzado mi límite… ¿Por qué hago realmente esto?

Entonces respiro hondo, agacho la cabeza y, una vez más, echo a andar.