Estimados/as alumnos/as

Otros años me he extendido más, pero pese a la brevedad expresa de esta pequeña carta, quiero agradeceros haber hecho posible compartir con vosotros los entrenamientos de este último año, y poder de este modo evolucionar, lenta pero constantemente, en el camino del arte y de la vida.

Ha sido un duro año para mí, corren malos tiempos para todos, pero por fortuna cuento con la oportunidad de practicar el arte de la paz junto a todos vosotros. Por favor creedme cuando os digo que me siento por ello un hombre muy dichoso.

No han sido pocos los momentos de flaqueza. Sin embargo, mi familia, el aikido y vosotros siempre habéis estado ahí para poner las cosas en su sitio y hacerme afrontar con coraje las dificultades.

Sólo me queda desearos con total sinceridad y cariño lo mejor y más provechoso en este nuevo año 2011. Espero que, dejando atrás malos hábitos y malos pensamientos, realizando una profunda purificación de nuestro ánimo, volvamos al entrenamiento con redoblados esfuerzos.

Feliz año 2011.