Preparación:
Pon un pequeño punto o mancha de tinta roja (o sangre si realmente lo prefieres) en un sitio discreto de tu keikogi que pase desapercibido hasta que puedas necesitarlo.
Aplicación:
Cuando quieras escaquearte, «descubre» la sangre en tu keikogi y, fingiendo preocupación, examina a tu pareja con cuidadoso detalle para encontrar un corte o herida causante de la mancha.
Ventajas:
Esta es una de las técnicas de escaqueo más sutiles y sofisticadas, y debe parecer que lo haces enteramente por el bienestar de tu compañero. Si se aplica bien, los compañeros desprevenidos pueden incluso seguir revisándose ellos mismos mientras te tomas un respiro.
Inconvenientes:
En el caso de sangrado real, la aplicación previa puede trabajar en tu contra si pretendes localizar la herida con rapidez.
Además, ten en cuenta que esta técnica no puede aplicarse en ningún dojo donde los keikogi se salpiquen o estén empapados de sangre de forma rutinaria. En general, si hay una «política de patógenos transmitida por la sangre» publicada en el tablón de anuncios del dojo y un par de guantes de goma descansando encima del botiquín de primeros auxilios, probablemente funcionará. Si los miembros del dojo se muerden unos a otros habitualmente y usan manchas de sangre como insignias de orgullo, probablemente no lo hará…
Créditos: Fudebakudo