This entry is part 2 of 3 in the series Los exámenes

Bien, segundo punto. ¿Qué entendemos por etiqueta? Pues, aparte de ser ese molesto letrerito que cuelga de la ropa que compramos y que habitualmente  del que sólo tomamos conciencia cuando alguien nos dice “¿Qué llevas ahí colgando?” es, según la segunda acepción del diccionario de la RAE, una “ceremonia en la manera de tratarse las personas particulares o en actos de la vida privada, a diferencia de los usos de confianza o familiaridad”. Queda claro ¿no?

Por lo tanto y sin lugar a dudas en el lapso temporal que nos ocupa – los exámenes – deberéis comportaros como estipulan los cánones nipones para este tipo de eventos, es decir, de forma escrupulosamente educada y sujeta a un estricto protocolo. El papel que os toca jugar en esto es: atender, saludar, practicar, saludar, practicar, saludar, atender. Por este orden.

El vocabulario a emplear durante una examen es puramente onomatopéyico; o sea, el habitual espectro de bufidos, gemidos, resoplidos, bramidos y gritos que soltáis cuando superáis vuestro umbral de resistencia física (baaaajo, muy bajo). Y, aún así, me parece un exceso de locuacidad, que lo sepáis, ya que la contemplación durante tres horas de vuestros exámenes me hace entrar en un estado de somnolencia contemplación del que resulta muy desagradable que te saque alguna pregunta inadecuada e impertinente.

En fin, veamos… lo primero de todo en cuanto a etiqueta es mirarte a un espejo. El keikogi debe estar limpio y sin ningún tipo de roto. Debes oler como un bebé (recién bañado me refiero, claro). Cualquier olor “perturbador” debería ser causa de inmediato suspenso. Las uñas cortas; los chicos bien afeitados o con la barba arreglada (las chicas… bueno, las chicas veréis como apañáis vuestros problemas con el vello, a mí no me miréis). El pelo recogido y bien sujeto si lo llevas largo. Vamos, como si fueras a salir por ahí a tomar una copa. Los examinandos que lleven hakama deben colocarse adecuadamente todo los “himos”, apretarlos bien y revisar los nudos con el espíritu del capitán Ahab. Idem para los nudos de los cinturones.

No me negaréis que, siendo un examen la supuesta escenificación de un combate, si perdéis por el camino los pantalones o vais enseñando el culo durante gran parte del examen no debería ser recompensado con un suspenso inmediato, amén de con un sonoro azote.

Aquellos que opten al primer kyu, deben disponer las armas dentro de sus fundas abiertas, de forma que sean accesibles rápidamente si se me pone el pediros que las uséis. Recordad que lo importante en un examen es anticiparos a lo que os pueden pedir, estar listos, disponibles y, sobre todo, dispuestos a minimizar los efectos de cualquier evento o petición imprevista que desbarate lo que estáis esperando que suceda.

Bien, ahora que tu aspecto es tal que podrías participar en la coreografía de un anuncio del tipo “a qué huelen los sueños” sin desentonar lo más mínimo, es el momento de acudir al dojo. Empieza por ser puntual, y con puntual me refiero a estar con quince minutos de antelación en perfecto estado de revista DENTRO del tatami y dispuesto a sentarte en seiza con celeridad antes de que me acerque a menos de 50 metros. Olvida aquello de dar excusas cuando llegas 10 minutos tarde. Mejor te quedas sentadito fuera. No sirven explicaciones para entrar en el examen con retraso y por supuesto ni lo intentes si pretendes entrar “a capón”. Cuando termine me explicas lo que ha pasado y veremos como podemos resolverlo.

Dentro del tatami permanecerás sentado en seiza hasta que tus piernas no lo permitan más, entonces, y sólo entonces, puedes pasar a sentarte con las piernas cruzadas, pero manteniendo la espalda recta y los brazos colocados sobre las rodillas. Cuando te recuperes: vuelta a empezar. El grado más alto se situará en el lado  derecho según se mira al shinden o kamiza y a continuación el resto en orden decreciente de grado y antigüedad. A igual grado y antigüedad, por edad. La ceremonia de inicio y finalización de la clase es igual que la de cualquier clase ordinaria.

Cuando llegue el momento y te nombren debes realizar zarei y después desplazarte hacia el lugar donde vayas a realizar la prueba. En el dojo el desplazamiento lo debéis realizár en shikko porque es muy corto, posteriormente veréis que en exámenes de shodan los aspirantes suelen desplazarse andando normalmente – ayumi – (por favor, normal no significa andar como si acabaseis de salir del Bronx, un poco de dignidad nunca sobra) ya que las distancias son mucho mayores. Igualmente que al comenzar la clase, el primer mencionado comienza a situarse en el tatami  en el lado derecho junto al  Tokonoma (siempre según se mira de frente el shinden), por lo tanto el que sea el primero en ser llamado de cada pareja deberá tener a su compañero a la izquierda, el cual además comenzará el examen con el rol de uke.

Veamos, si llamo a estos dos alumnos que van a realizar el examen juntos:

  1. Benito Camela
  2. Maite Torras

Benito se situará en el lado derecho y Maite a su izquierda. Benito comenzará el examen recibiendo el ataque de Maite y después pasará a ser uke de ella.

Una vez situados todos los aspirantes en sus posiciones se procederá al “sensei rei”, es decir el saludo a este vuestro seguro servidor y debo hacer hincapié en que sois vosotros, cenutrios, los que comenzáis el saludo en muestra de agradecimiento. ¿O debo ser yo el que os agradezca el darme la oportunidad de perder la sensibilidad de cintura para abajo durante tres horas mirando vuestras piruetas? Un poquito de por favor y no me hagáis recordároslo in situ, porque mi ira será terrible. Y las represalias peores.

Una vez me hayáis saludado giráis 90º (o así, que soy de letras, leches) para quedar uno enfrente del otro y saludaros como al iniciar cualquier ejercicio. Ojo, porque si no os habéis situado con la suficiente distancia al ser nombrados, se producirán situaciones mogollón de graciosas y, si hay suerte, me obsequiaréis con un sonoro cabezazo.

Una vez cumplimentados vuestros “partenaires” os mantendréis a la espera en seiza a que comience el martilleo de preguntas. Iniciaré las cuestiones con el enunciado referido en primer lugar a la situación de uke con respecto a tori (suwariwaza, hammi handachi waza, tachi wazi, ushiro waza, tanto dori, jo dori) después indicaré el tipo de ataque que realiza uke (shomen uchi, chudan tsuki, morote dori, etc…) y por último la defensa que debe emplear tori (shiho nage, irimi nage, juji garami, ikio, etc….

Nuestros esforzados examinandos imaginarios estarían en esta situación:

  • Maestro: A ver, suwari waza – ryo kata dori – ikyo
  • Maite: (sudando copiosamente y con cara de dibujo manga sorprendido) comenzará el ataque agarrando los dos hombros de Benito con firmeza no exenta de cariño, que tampoco se trata de ser cabrón.
  • Benito procederá, después de dilucidar donde está su izquierda y su derecha y porqué demonios le han crecido tantos brazos, a trabajar ikyo sobre el agarre de Maite. Más adelante puede emplear el tiempo necesario para indagar  los motivos de la momentánea tetraplegia incapacitante.

Y así “ad infinitum” o hasta que se me duerman las piernas lo que, con sinceridad, cada vez sucede antes. Si mi gesto pasa de adusto a mustio, no os desaniméis que no es que lo estéis haciendo muy mal, sino que he perdido totalmente la sensibilidad de cintura para abajo.

Cuando diga el famoso vocablo japonés “valeyaestá” entonces os situaréis en el mismo sitio que comenzastéis y cambiaréis los rol (ojo, no los sitios).En este punto no es necesario saludarse, sino esperar en seiza a que comiencen las preguntas.

Una vez terminada la prueba de ambos participantes, el proceso se realiza de forma inversa a como terminó. O sea, saludo entre las parejas y después las parejas al maestro, volviendo acto seguido a vuestros sitios, si es posible sin dar la espalda al tribunal.

Durante el examen:

  • No hablaréis con vuestro compañero
  • No os dirigiréis al tribunal de ninguna manera, excepto para decir “he perdido un ojo”. Nada de ¿perdón, puede repetir? Si no te has enterado, haz lo que puedas mientras vigilas al resto de compañeros y tratas de adivinar. Ya repetiré la técnica si veo que mi pronunciación del japonés es demasiado para vosotros.
  • No estéis pendientes constantemente de vuestros keikogis o hakamas. No hay nada que me ponga más enfermo que un alumno atusándose constantemente como si estuviera en un pasarela. Eso en un combate significaría que estarías guapete un momento, pero después tendrías que preocuparte de quitarle unas buenas manchas de sangre a tu ropa. Tu sangre.
  • Mantened una actitud de disponibilidad ante los imprevistos, y de atención hacia lo que pasa. Otra cosa que molesta mucho es no encontrar una actitud de atención en los examinandos. Mucho más que la falta de acierto en determinadas técnicas.
  • Y por los clavos de Cristo, ¡no os miréis al espejo!

Quedo a la espera de vuestras consultas aquí o en clase.

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