This entry is part 3 of 3 in the series Los exámenes

Cuando entro en discusión con alguien que defiende la realización de exámenes en las artes marciales, la madre de todas las justificaciones para la existencia de aquellos es el “plus” que añaden a la preparación del candidato.

No entro a valorar si efectivamente o no la proximidad de una prueba hace que el alumnado se prepare más intensamente, sino más bien la perversión de las virtudes que la práctica del aikido aporta. Y me explico: si el ser humano fuera alguien en quien confiar, podría tragarme la milonga del “plus”. Ahora bien, como mi opinión sobre mí mismo y mis congéneres es que por naturaleza somos oportunistas y perezosos, la  probabilidad de emplearnos a fondo exclusivamente cuando se acerca una prueba crece exponencialmente con cada año que pasa en este sistema. Las posibilidades de desvirtuar un arte marcial de la profundidad del aikido con el politiqueo y “la carrera por los títulos” son tantas y tenemos tantos ejemplos de bellas artes echadas a perder por la locura occidental (y la participación inestimable, aún más sangrante por ser quienes son, de los países orientales de las que provienen) que me lleva a tomarme el asunto de aporte extra como algo muy prescindible vistos los terribles riesgos de perder la pureza del aikido.

Afortunadamente Ueshiba era un hombre con visión y nos pidió expresamente que la competición no formara parte del aikido lo que nos lleva a tener relativamente controlada la situación, si no fuera así, probablemente estuviéramos ahora mismo hablando de un arte absolutamente distinto al que conocemos.

El Fundador, creó un arte marcial cuyo propósito no era determinar quien era más fuerte o más débil. Por lo tanto, si se introduce la competición buscando esto, eso no es Aikido tal y como fue creado por el Fundador y desde ese punto de vista, es inaceptable.

Ueshiba Moriteru, nieto de O Sensei y actual Doshu.

Así que, querido alumno, si tu visión de las cosas es: ¡oh vaya, tenemos exámenes próximos, voy a tratar de venir todos los días y entrenaré con más intensidad! debes saber que será evidente para mí tu actitud, que no me gustará nada y que los exámenes no serán juzgados por la actuación puntual de un momento sino de toda una trayectoria. Salvo, claro está, que tu interés y tu intensidad haya sido siempre la misma, con lo cual nada que objetar.

Y ahora vamos a entrar en unos breves consejos sobre cuáles son los pasos necesarios a la hora de preparar un examen.

Lo primero que debes saber estimado pupilo es que, en mi pobre entender, cuando se concede un grado no significa simplemente que ya lo tienes, sino más bien, que se te la oportunidad de merecerlo trabajando con más ahínco y mostrando más responsabilidad que antes de la prueba.

Una vez dejado claro esto, comencemos:

Hazte con una hoja de técnicas y revisa de forma general todas ellas. Ten una idea general de lo que te espera por delante en tu camino hacia ser un yudansha. Una vez tu ego haya sufrido la sacudida inicial, empieza a investigar las que corresponden al grado al que optas. Clasifícalas en las que te suenan y las que te suenan también, pero a chino o, mejor dicho, a japonés. Pasa un rato visualizando aquellas que conoces y trata de recordar lo más posible las que te suenan pero no tienes claras.

Después trabaja los movimientos “tori” tú sólo. Como si hicieras Tai Chi, pausadamente, con movimiento amplios y “sintiendo” las reacciones de tu uke imaginario.

Este ejercicio me resulta extremadamente agradable: entras en calor y tu mente encuentra la calma en la concentración, tu equilibrio se ve mejorado al ejecutar los desplazamiento lentamente, tomas conciencia de tu centro y detectas determinados problemas con el equilibrio. Si quieres mirarte en un espejo no lo hagas con frecuencia, sólo cuando quieras verificar una posición en concreto. Ay, amigo, es fácil perderte en tus bellos ojos, cuidado con el ego.

Planifica con un compañero de confianza el examen y establece unos días de entrenamiento aparte de las horas de clase. Sé imaginativo. El entrenamiento con el compañero no sólo debe incluir el repaso de las técnicas, sino también, muy importante, el ritmo del examen y el orden en el que os gustaría participar. Normalmente, el uke en peor forma física debería empezar el primero. La planificación de la forma física también es importante, no la dejes para el último momento porque no va a a funcionar…

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